La mala prensa es la prensa CENSURADA

La mala prensa es la prensa CENSURADA

lunes, 4 de noviembre de 2013

¿La prensa el cuarto poder del Estado o instrumento del Estado?



En Londres a fines del S XVIII Edmundo Burke, adversario acérrimo de la Revolución Francesa, les dice a los periodistas que asistían a la Cámara de los comunes la  frase "La prensa es el otro poder, señores... más bien, el Cuarto Poder del Estado". Esta frase dicha con bastante ironía es la que hoy analizaremos, ya que por mucho tiempo se ha pensado que la prensa es el cuarto poder del estado, ya que tiene el poder de la información. Mas este poder de la información ¿Qué tanto puede ejercer presión o fiscalización en los tres poderes de Estado?





La idea del cuarto poder beneficia a muchos; en primer lugar beneficia a las empresas de información, ya que son asimilados como servidores públicos. Beneficia a los periodistas, porque los posiciona en su profesión como una especie de defensores de los intereses de la ciudadanía. Y además beneficia al poder político ya que sin esta idea los esfuerzos por poner la información a su propio servicio, no tendría sentido alguno. A los únicos que no beneficia esta concepción de la prensa, es al público, a la audiencia, ya que al carecer de todo poder (político, social e informativo) no puede verse beneficiado por la información circulante. 

La prensa, si bien puede ejercer grandes presiones, debido a que es la generadora de la opinión pública, hoy en día está al servicio del poder, es parte del poder. ¿Quiénes son los que rigen los cargos de la alta política? En su mayoría son empresarios y si no lo son, tienen estrechos vínculos con grandes empresarios. Los mismos que además detentan el poderío de los medios de información. Desde esta perspectiva entonces ¿Es la prensa el cuarto poder del estado, encargado de vigilar a los otros tres poderes? Y si es así ¿Quién fiscaliza a la prensa?

Recordemos que en el golpe de Estado chileno la prensa tuvo una gran influencia, son esos mismos medios los que hoy en día siguen informando a la ciudadanía, con los mismos dueños, con las mismas ideologías políticas. Si bien la prensa colaboró en el regreso a la democracia, la mayor parte de ese trabajo se debe a corresponsales extranjeros, ya que los periodistas nacionales usualmente eran perseguidos por el régimen para que no pudieran informar sobre lo que ocurría, los periodistas tenía que regirse por lo que el régimen dictaba, usualmente omitir o falsear información



Como ya hemos dejado en claro en publicaciones anteriores, hoy los periodistas no sufren ese perseguimiento, pero siguen siendo regidos por las líneas editoriales, el verdugo de la libre expresión en la época contemporánea de nuestro país y en si del mundo.

Entonces en una lógica en la que los medios de comunicación, los medios de prensa, son gobernados por grandes empresarios que a su vez tienen estrechas relación con los gobernantes de la nación, con los poderes del estado, entonces ¿es la prensa hoy en día el cuarto poder del estado? Si los medios que informan la otra cara de la moneda son llamados “medios de contra información” entonces qué legislación ejerce este “cuarto poder” en el país.

La opinión pública  es creada por estos mismos medios, medios que informan lo que PUEDEN informar más que lo que DEBEN informar. Entonces si tenemos una opinión pública que está manipulada ya, para poder manipular a los ciudadanos ¿Cuál es la solución? La solución es simple a vista gruesa, pero compleja debido al sistema en que viven la mayoría de las sociedades. Cuando un pueblo carece de identidad, cuando carece de conciencia de clase, ese pueblo entonces no tiene más solución que ser llevado como un rebaño por quienes dirigen. Mas cuando un  pueblo decide empoderarse, porque puede, porque es su deber hacerlo, la conciencia es fundamental y esa conciencia pasa por ser críticos con respecto a lo que se dice en los medios de comunicación oficiales, pasa por  ser incrédulos y buscar información en otros medios, pensar para luego existir como decia Descartes (1641). Pasa por ser lógicos y pensar  y ver más allá de lo que está a la luz, más allá del alcance común. 



“La libertad real de expresión en una sociedad que aspire a lo que quiere decir la palabra democracia (“gobierno del pueblo”) depende, sobre todo, del nivel de esta conciencia en la sociedad civil y de las medidas que, a partir de esa conciencia, se adopten para dar la palabra a las minorías infra-representadas que tienen algo que decir” (Fernández)

domingo, 3 de noviembre de 2013

Medios de comunicación y dictadura, luces sobre lo ocurrido en los ´70 y ´80


Durante la década de los 70 los medios de comunicación y específicamente la radio, llevan a cabo un proceso de democratización  del orden comunicativo, lo cual generó un sistema de comunicaciones plural y abierto a todos los sectores de opinión.  Lo anterior permitió que se gestara un espacio para la ciudadanía, en la cual ésta fuera parte del debate informativo.  La radio, es por excelencia el medio donde se transmite la cultura política y es el medio por el cual se crea de la forma más efectiva la opinión pública, mas no es el único medio, prácticamente todo el espacio comunicativo se vio implicado en el proceso de politización del espacio público.

 Las radios solían ser propiedad de los partidos políticos de la época así el Partido Comunista (Radio Magallanes), el Partido Socialista (Radio Corporación), los simpatizantes del gobierno de Allende (Radio Portales,) el MAPU (Radio Candelaria), la Central Única de Trabajadores (Radio Luis Emilio Recabarren) y el MIR (Radio Nacional) poseían una radio que trataba los asuntos políticos durante sus transmisiones.

El golpe de estado quiebra este sistema de comunicación, los medios se ven afectados debido a que sufren confiscaciones, restricciones legales, entre otros dispositivos que tenían por finalidad desmovilizar y despolitizar a la ciudadanía. Estas medidas de desinformación se van tornando más drásticas a medida que avanza la década de los 70 hasta los años 80, época en la cual los medios se ven manipulados no solo por el gobierno, sino también por su propia evolución y dinámica.


El 15 de marzo de 1977 se promulga el Decreto Ley N° 1.762, con el cual se crea la Subsecretaría de Telecomunicaciones, institución encargada de la tuición, dirección técnica de las emisoras y de establecer las pautas de funcionamiento de la industria mediática para mantenerse dentro de los marco de la oficialidad gubernamental. Esta ley hace aún más notoria la manipulación de los medios por parte del gobierno, ya que no atenerse a la oficialidad no sólo implica ser contrario al régimen de turno, sino que también implica transgredir las leyes de la nación.

Las radios tuvieron que adecuar los contenidos de sus transmisiones para que estos estuvieran acorde a lo que la oficialidad permitía, las radios no podían atreverse a decirlo lo indecible, ya que corrían el riesgo de ver cerradas sus dependencias, los reporteros o periodistas ponían el peligro su vida o integridad física y los sostenedores de las radios corrían el riesgo de perderlas como propiedad. Un ejemplo notable de este proceso fue la radio Cooperativa, la cual sufrió el cierre de diez de las estaciones regionales, permitiendo sólo el funcionamiento de las estaciones de Santiago, Valparaíso y Temuco. Estas medidas solo evidenciaban el temer de la autoridad hacia quienes podían informar a la ciudadanía lo que ocurría y podía dar voz a aquello que se acallaba.



Las radios se convierten en el medio de comunicación por excelencia durante el régimen militar, ya que contaba con la ventaja de poder relatar los hechos en cuanto ocurrían y además de eso se incorporaban opiniones al respecto de lo que ocurría. Además de esto se podía reiterar la noticia según el impacto que esta generara y se podía crear una especie de opinión publica respecto del tema, algo muy importante para la época en la cual, la mayoría de los medios opta por dedicarse a la entretención para poder recuperarse de la crisis económica y evitar la persecución o cierre por parte del oficialismo.

Radio Cooperativa es uno de los medio que por un tiempo opta por tener la función de entretenimiento, ya que necesitaba recuperarse de la crisis económica que arrastraba desde los 70. Mas tras el cierre de la radio Balmaceda, Cooperativa se replantea su objetivo central y vuelve a adquirir un perfil informativo. Esta radiodifusora será llamada en la época, la radio de las protestas. Aunque se pensó que este vuelvo editorial fue netamente político, los directores del medio aseguran que lo hicieron solo en pos de los principios éticos del periodismo: dar a conocer los hechos de manera "objetiva" y pluralista.

La televisión en aquella época es preponderantemente un medio para la entretención, lo cual queda de manifiesto en los rating que obtenían programas como “La Madrastra” y “Sabor Latino”. La televisión, más que un medio informativo sobre lo que ocurría, era un medio de entretención para el pueblo.




Los diarios tampoco era mucho lo que podían informar, ya que la calidad de la noticia podía ser puesta en tela de juicio luego de que los medios de prensa escrita no pudieran publicar fotografías de los hechos que informaban.

Las jornadas de protesta del 83 en las cuales la agitación social se hizo sentir en todos los sectores sociales, no tan solo en los populares acabaron por despertar la violencia y represión por parte de la oficialidad. Nuevamente uno de los sectores más afectados fue, nuevamente, el de los medios, los que vieron clausuradas e intervenidas sus comunicaciones por tiempos más largos debido a que se les acusaba de promover los desórdenes ciudadanos y de sentar las bases para la caída del régimen. Entre 1983 y 1984 se clausuraron diversos medios tanto escritos como radiales. Dentro de los casos más destacados se encuentran el cierre de la revista Apsi (diciembre de 1982), el de la revista Análisis (septiembre de 1983), que incluyó además el presidio de su director Juan Cárdenas, y el de las radios Cooperativa (mayo de 1983 y septiembre de 1984) y Chilena (septiembre de 1984). A esto se suma la clausura de emisoras regionales y vecinales.


Con la crisis económica del 83 y las constantes protestas ciudadanas, los medios aprovecharon la oportunidad para poder hacer lo suyo, informar sobre lo que ocurría y poner en la agenda pública los temas que urgían en el momento.

"Los medios comenzaron a atreverse y allí nosotros, que veníamos de un periodo delicado, entramos en la misma...En términos económicos todo el mundo entra en la pelea. Allí el gobierno estaba en una situación muy débil. Por eso vinieron las protestas el 83. El país empezó a constatar problemas graves en la conducción. Un Ministro de Hacienda que le tiró una cadena a la banca privada. Aquí se nos olvida que incluso el superintendente de bancos fue detenido, etc., etc. En esas aguas tú te podías atrever a todo lo que quisieras. Allí nos envalentonamos"  (L.G.C. "Adhesión a Cooperativa", 1983)



De esta forma los medios ampliaron su espectro informativo en la medida en que permitieron visibilizar una memoria disidente que activaba la práctica de "vencidos", una memoria que muchos se negaban a ver, y la cual había sido silenciada por la oficialidad.

Mas esta práctica se va desvaneciendo con el tiempo y en nuestros días podemos ver que al fin y al cabo la dictadura logro por completo su objetivo de despolitizar a la ciudadanía, ya que hoy en día  programas que impliquen información política o información objetiva sobre lo que ocurre en la alta política y en la alta economía, no generan interés en el grueso de la población, por lo que los medios no tocan dichos temas. Además del tema del rating que necesitan los programas se encuentra el miedo a perder patrocinadores o de recibir querellas por parte de los involucrados.

Como podemos ver durante este periodo la censura alcanza un punto extremo, ya que se controla desde el gobierno, la censura es prácticamente legal; la exclusión y tergiversación son la manera de hacer noticias y de informar a la ciudadanía. Los medios de contra información están muy expuestos a que sus colaboradores sufran represiones, por lo que también están coartados en su labor informativa.


Actores relevantes durante la Dictadura Militar que censuraban y que fueron censurados:

Resulta importante analizar qué rol jugaron los actores sociales durante el periodo militar. Entre ellos están los que censuraban y controlaban los medios de comunicación y toda forma de libertad de expresión como lo fue el Estado Chileno y sus agentes políticos. En contraste, tenemos a los actores que en gran parte se resistían a la represión enmendada o  que jugaron un rol importante en la difusión de la información bajo el contexto político: las radios, periodistas que informaban de forma particular e Instituciones como la Vicaria de la Solidaridad.

Es así, que en primer lugar que el Estado Chileno durante la dictadura militar del 1973 jugó un rol oscurantista e inquisidor respecto a la información que podían dar los medios de comunicación radios o prensa escrita. La ideología que imponían a estos, hacía imposible que cualquier información que no pasase por este velo político conservador, pudiese realmente llegar a conocerse. Al contrario, la imposición a los medios de lo que se podía informar, resulta una herida abierta a la labor periodística que como bien sabemos cumple el rol de ser el puente de transmisión hacia la sociedad. Así lo expresa Carla Rivera (2008):

"En esta construcción de valores y creencias colectivos, los medios juegan un rol relevante. Ellos permiten estructurar y organizar la presencia del pasado en todos los ámbitos de la vida contemporánea. Por un parte, son los depósitos donde se archivan las memorias, en la medida que son capaces de registrar y reproducir los acontecimientos de una época. Por otra parte, estos registros memorables son construcciones que se dan en la dialéctica entre recordar-olvidar, en la cual confluyen de manera dinámica los intereses de los productores (tanto del propio medio como de los periodistas) y del público receptor" (p.1)



Esta tarea que constaba de registrar los principales acontecimientos que iban sucediendo en el país, fue profundamente mermada por la dictadura militar, quienes de manera instigadora perseguían a cualquier persona natural o medio que se atreviese a publicar algo que se saliese de sus márgenes políticos conservadores. Tal como lo señala  Bernardo Subercaseaux (2005) en cuanto al pensamiento que tenía el régimen militar: “La dinámica de control y administración del espacio público (ceñida a la doctrina de seguridad nacional y a una lógica de guerra) se tradujo en un estrechamiento del universo ideológico cultural en la esfera pública” (p.1)  Es así que tenemos muchos de los medios de comunicación por ejemplo Radio Cooperativa que tenían que convivir con este tipo de adoctrinamientos tal como lo expresa Rivera ( 2008)

"El régimen daba por hecho que, detrás de Cooperativa, se había constituido una gran maquinaria política de oposición que ponía en riesgo al nuevo orden instaurado. Sin embargo, la situación de represión que experimentaban los medios y la sociedad en general impidió la constitución de redes efectivas que permitieran un acceso directo a las fuentes de información (p.1)"

En contraste, tenemos a los medios que eran censurados por la dictadura militar: radios y prensa escrita, a excepción de El Mercurio, quien como se ha demostrado, fue el gestor del Golpe de Estado. Y otro actor que jugó un rol trascedente de lo que sucedía era la Vicaria de la Solidaridad. En primer lugar y tal como se ha expresado, los medios de comunicación radiales y escritos, fueron fuertemente censurados y reprimidos en la información que sucedía en el país. Así lo demuestra Mario Spataro (2003) en su libro “Pinochet las verdades incomodas” quien expresa:

"Oficialmente fue impuesta la censura a todas las radios y canales de televisión, a los que se les permitía transmitir solamente los noticieros del Gobierno. Vanas fueron las protestas de la ARCHI (Asociación de Radiodifusores de Chile). En protesta, algunas radioemisoras, como Agricultura y Minería, se descolgaban clandestinamente de la cadena oficial y transmitían noticias libres, provocando la euforia de la ciudadanía (p.153)"




Pero no solo se censuraba a los medios de comunicación. También se excluían repertorios musicales en las que Laura Jordán (2009) nos explica que la esfera musical durante el Gobierno de Pinochet, fue prohibida de crear, reproducir, ejecutar, circular, difundir, ciertas obras de música por su contenido. Pero  no hay que olvidar el rolo que jugó la Vicaria de la Solidaridad, organismo de la Iglesia Católica creada por el Papa Pablo VI, la cual prestaba asistencia a las víctimas de la dictadura militar que se vivía en Chile en los años 1973-1990. Tal como lo expuso Jordán (2009) en cuanto al rol que cumplía esta organización:

"Bajo el amparo de la Vicaría de la Solidaridad diversas organizaciones poblacionales y culturales encuentran un espacio de gestación de circuitos opositores. Allí, la recaudación de fondos y la generación de un lugar común de reunión e intercambio se elevan como objetivos primordiales. La música se inserta así en un proceso de reactivación política complejo, en el que juega un papel colaborativo preciado. Casi a la par, la reaparición de la peña responde no sólo a las necesidades de participación y militancia, sino que este lugar aspira también a promover un espacio laboral para numerosos artistas cuyas fuentes de trabajo habían sido reducidas a causa de la persecución y el toque de queda (p.1)"



De este modo, podemos comprender como actuaban estos actores en un contexto, las lógicas de pensamiento que tenían los que censuraban y que tenían por objeto ocultar, borrar, excluir y marginar todo tema o ámbito que pudiese dar una voz crítica a los temas país. Y los que eran censurados como la prensa escrita y radios, que tenían que difundir la información por el bien de la labor periodística que implica relatar los hechos tal cual son. Y los que apoyaban esta misión, como la Vicaria de la Solidaridad, quienes guardaron muchos archivos que hoy son relevantes para la investigación de los casos de torturas, asesinatos que se han develado. 






Referencias

Jordán, L. (2009) Música y clandestinidad en dictadura: la represión, la circulación de músicas de resistencia y el casete clandestino. Rev. music. chil. v.63 n.212 Santiago. Recuperado del Sitio Web: 30 de octubre de 2013

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071627902009000200006&script=sci_arttext

Rivera, Aravena A, C. (2008) La verdad está en los hechos: una tensión entre objetividad y oposición. Radio Cooperativa en Dictadura. Historia (Santiago) v.41 n.1. Recuperado del Sitio Web: 30 de octubre de 2013

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071771942008000100004&script=sci_arttext

Spataro, M. (2006) Pinochet “Las verdades incomodas”. Ed. Maye Ltda. Chile, pp. 1-333

Subercaseaux., B. (2005) La cultura en los gobiernos de la Concertación. Universum v.21 n.1 Talca. Recuperado del Sitio Web: 30 de octubre de 2013

http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S071823762006000100012&script=sci_arttext


¿Las lineas editoriales como medio de censura?

De acuerdo a lo que hemos podido ir investigando en nuestra interminable e incansable búsqueda acerca de qué es y de qué forma se da la censura y exclusión en los medios de comunicación en Chile, nos encontramos con la piedra angular que todo periodista o comunicador debe sortear, nos referimos a las líneas editoriales. ¿Cómo definirlas?  ¿Qué temas deben ser abordados o excluidos? ¿Es correcto que supeditemos la información bajo una línea ideológica? Todas estas interrogantes son válidas, pero merecen ser revisadas con un criterio más amplio de fuentes y perspectivas.

En efecto, la línea editorial es una forma de regular la información que se obtiene con el fin de que esta sea lo más pulcra posible. Nadie dudaría de una definición tan armoniosa como esta, pero ¿Qué sucede cuando la línea editorial se convierte en un instrumento para regular la información de acuerdo a la conveniencia de uno u otro sector? Tal como pudimos apreciar en las entrevistas a Juan Cristóbal Peña y María Concha Smith, las líneas editoriales son algo legítimo dentro de los medios de comunicación, pues permite que cierto medios de comunicación tales como TVN, Canal 13, CHV, El Mercurio, puedan hacer que la información, los acontecimientos pasen por un filtro el cual terminará reduciendo en gran parte la noticia original (censura), para que ésta se amolde a la estructura ideológica que se tiene en aquel medio. Esto se debe en palabras de María Concha Smith ex periodista de TVN, hoy académica de la UAH a que “Tú trabajas en el Mercurio y tú sabes quién es el dueño, su lineamiento político, un editor encima que está corrigiendo que no te salgas. Es diferente por ejemplo trabajar en The Clinic” (Extracto de la entrevista a M, Concha Smith 30 de octubre de 2013).



Pero desde esta perspectiva, parece que debemos rendirnos frente a las líneas editoriales,  eso significa que ¿debemos autocensurarnos? Desde la perspectiva de Eduardo Arriagada, (2013)  Periodista de la Pontificie Universidad Católica de Chile se expresa lo siguiente:

“Se piensa que hay autocensura cada vez que un reportero deja fuera un dato por obedecer la línea editorial de su medio o la opinión de un editor. Esta crítica al asumir la censura como el producto de que un medio defina claramente su política editorial o tenga editores que realicen bien su trabajo supone una simplificación del trabajo periodístico e ignora que en la vida real ésta es una labor colectiva organizada empresarialmente”. (p.1)
Pero esto solo nos refleja la tensión que existe entre exponer los hechos como son frente a otro que puede pautearla y exponer dicha información de otra manera, para que se acomode a una realidad que quizás no resulte tan verídica. Pero ¿Es realmente censura o autocensura discriminar sobre ciertos temas? ¿No es un ejercicio que pueda aportar a ver que información es relevante o pertinente? Al menos podemos tener una visión en común de Arriagada (2013) con las de María Concha Smith, quienes creen que la línea editorial es parte de la libertad de expresión y de elección de los periodistas al momento de elegir o trabajar en el medio que quieren publicar la información:

Creo que el acto más básico del ejercicio de la libertad de expresión de un país se realiza en la propia definición de la línea editorial de cada uno de sus medios. No existe censura ni autocensura cuando un canal decide no transmitir una película o considera innecesario asistir a una conferencia de prensa de cualquier fuente. La distinción entre autorregulación y autocensura en esta profesión está justamente en la línea editorial: los buenos diarios de todo el mundo discriminan profesionalmente, de entre innumerables informaciones disponibles, qué es noticia y qué no es noticia. (p.1)



A pesar de que se pueda “elegir” el medio en el cual se puede trabajar, de acuerdo a la línea editorial que éste tenga, no se soluciona el problema de fondo que estamos planteando. ¿Por qué resulta fundamental el control desde la línea editorial de los medios de comunicación? resulta fundamental no tan solo por la selección y edición de la información que se entrega sino también como plantea Constanza Symmes (2013) “La función de publicar, opera a través de ciertos dispositivos de representación y estrategias comunicacionales desplegadas de acuerdo a contextos políticos y sociales determinados” (p.2), por tanto, la línea editorial va a estar sujeta al momento histórico de nuestro país, como un aparato revelador del acontecer nacional. Por consiguientes las líneas editoriales van a ofrecer un cuadro específico del país, y desde este punto de vista “la condición de sociedad post- dictadura constituye el eje mayor que definirá los márgenes en que se mueve el quehacer cultural y editorial” (Symmes, 2013, p.3). Desde este punto es relevante las consecuencias que el uso de la línea editorial tuvo y mantiene en cierto punto, hasta el día de hoy, la manipulación de los medios. Durante el régimen militar, se utilizó con el propósito de difundir las ideas de derecha y transmitir un imaginario de reemplazo (Symmes, 2013), con el objetivo de generar una imagen de unión dentro del país (ver el golpe de estado como una solución), entregar un lineamiento ideológico específico y claro. Como se puede apreciar, durante este período se utilizaron diferentes medios no tan solo de comunicación para poder entregar dicho mensaje, vislumbrando la relación existente entre la elección del contenido (censura o autocensura) con las funciones políticas. Es a través de esta utilización de los medios de comunicación como una especie de propaganda, que hoy en día se puede apreciar la censura y exclusión, entregando la información desde la perspectiva que al gobierno le facilite, como por ejemplo mostrar los desmanes ocasionados por encapuchados durante manifestaciones varias, en vez de la marcha misma con sus actores sociales.



Resulta relevante destacar la unión de las dos esferas, en lenguaje de Walzer, la de los medios de comunicación con la esfera política, porque es gracias a esta unión que se da el cierre de medios de comunicación durante la dictadura, se censura contenido editorial y fotográfico, entre otras, debido a las ventajas que se pueden obtener en una esfera, traen éxito en otras esferas, en este caso particular, el pertenecer al lineamiento del gobierno militar trae consigo beneficios en cuanto a subvención, propaganda, publicidad, etc. Esta situación favorece al menosprecio hacia los medios de comunicación que son considerados opositores de la ideología dominante, y la entrega de información reificada, debido a que existe una sola versión de los hechos entre los distintos medios que se hayan manipulado (tv, radio, diarios, etc), asumiéndola como única y verdadera frente a la ciudadanía.

Otra de las aristas por las que resulta fundamental analizar la línea editorial, es porque al seleccionar la información no se reconoce en su totalidad a los actores que participan y protagonizan hechos históricos como pueden ser los movimientos sociales (por ejemplo), no reconociéndolos como productores de realidad, menospreciando su calidad de actores en una determinada realidad y contexto histórico, no tan solo no los reconoce como tal, sino que separa las diferentes dimensiones que posee la vida social. Una vez más menosprecia.
A modo de conclusión, pretendemos clarificar, que la selección del contenido no es simplemente realizar dicho acto, sino más bien controlar el acontecer en las distintas dimensiones de la vida social, política, educacional, etc., menospreciando a sus diferentes actores, mezclando las distintas esferas de poder y de esta manera como resultado, se obtiene una entrega de información reificada hacia la ciudadanía, gracias al apoyo que se entregan entre los distintos medios de comunicación “oficiales” dando la ilusión de la entrega de información objetiva, verídica y por sobretodo única.
  
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Bibliografía

Arriagada., E. (2013) Censura Vs Autorregulación: La frontera es la línea editorial. Escuela de Periodismo PUC, Chile. Recuperado del Sitio Web: 2013-11-02

Coll Symmes., C. (S I) Edición (en) la transicion : Trayectorias de la edición independiente en Chile Post- Dictadura. EHESS, CSE- CESSP. Chile. Recuperado del Sitio Web. 2013-11-02.

http://chili-neoliberal.sciencesconf.org/conference/chili-neoliberal/pages/Symmes_Editar_en_la_transicion_Trayectorias_de_la_edicion_independiente_en_el_Chile_post_dictadura.pdf

Entrevista a Juan Cristóbal Peña y a María Eugenia Concha

En esta oportunidad queremos compartir dos entrevistas realizadas a dos periodistas.

En primer lugar presentamos la entrevista realizada a Juan Cristóbal Peña, director de la carrera de periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, quien nos da su perspectiva sobre lo que ocurre con la censura y la exclusión en los medios de comunicación nacionales, señalando que el principal problema en materia de información es la concentración de  medios.



Análisis entrevista Juan Cristóbal Peña

Como hemos precisado en la entrada anterior entendemos la censura como un problema social, que afecta la libertad de expresión de los individuos, junto con esto consideramos también que la censura se genera como forma de protección de los intereses políticos y económicos, en donde los medios protegen los intereses de estos grupos mayoritarios en vez de generar información clara a los grupos minoritarios del país, Maritza Montero (2003, pp. 120) dice que el poder no se guía desde la cantidad de miembros de un grupo; "sino a partir de ejerza un determinado grupo, independientemente de la cantidad de personas que lo forme. Así entonces, mayoría es la que detenta y ejerce el poder, con independencia de su número" y en donde la minoría aparece como aquel grupo "al cual se le priva del ejercicio de determinados poderes, o se impide su acceso a las condiciones para adquirirlos".

Desde la entrevista podemos notar dos formas de hacer censura una es la línea editorial que desde el periodismo es la forma "legítima" de discriminar sobre un tema, mas las líneas editoriales están guiadas desde su formación por intereses políticos, a pesar de esto la censura más influyente es aquella que está guiada netamente por intereses económicos: "lo que está determinando la censura en todos los tiempos, y creo que hoy en días más que nunca, donde los intereses políticos están motivamos por intereses  económicos, e::hm es eso, o sea es que no se lleva información para proteger a un cierto poder que generalmente es económico en último término" (Peña, J.C, Anexo, pp. 2)

Es así que podemos ver desde la definición de Montero (2003), que son los grupos mayoritarios los que impiden el verdadero acceso a la información a los grupos minoritarios debido a que, son estos los que ejercen el poder en este caso el de la información debido a que buscan la protección y perpetuidad de su propio grupo. Para el mismo entrevistado la censura también se puede dar desde la línea editorial en donde el criterio editorial en donde la información que tenga interés público, valga la redundancia no se informe, desde este punto de vista para el entrevistado también opera la censura  ; " en el sentido de que e::hm de que no se lleve información por motivos económicos, políticos bajo argumentos de que e::hm de que no son de la línea editorial" (Peña, J.C, Anexo, pp. 2), es así que podemos ver que la línea editorial de un medio opera desde sus raíces, por intereses políticos los cuales finalmente están guiados por los intereses de los grupos económicos que son los que ejercen el poder y para Montero (2003) son la mayoría.

Es así que podemos ver dos ramas de la censura la línea editorial y la censura influida por grupos mayoritarios desde la definición de Montero (2003), provienen desde una misma raíz, la protección de los intereses económicos.



Se extrae también de la entrevista la importancia de los medios independientes que muestras el otro lado de las noticias, desde el lado minoritario, el cual tiene un menor acceso al poder, en donde hay una práctica de resistencia frente al grupo mayoritario, en donde la resistencia aparece como;  "la capacidad de adaptarse exitósamente de competir o de funcionamiento positivo [...] a pesar de las condiciones de alto riesgo" ( Egeland, Carlson y Stroufe en Montero, M., 2003, pp. 128), en el marco de la entrevista se le hace una pregunta a Juan Cristóbal, sobre la importancia de los medios pequeños que facilitan el acceso a la información que los grandes grupos periodísticos no informan y se le ejemplifica con el caso mapuche en donde páginas de facebook muestran este tipo de noticias, en donde el entrevistado responde;

"Sí claro, el fenómeno de los mapuche es un tema e::hm bien ejemplable en ese sentido y no se destacan esas noticias, yo creo que por razones clasista, o sea clasistas-racistas, por prejuicios y por razones políticas también ¿no?; hay un ánimo basado en el prejuzgamiento de ocultar una realidad o pasarla de largo" (Peña, J.C, Anexo, pp. 3)
Es así que estos medios aparecen como la resistencia, frente al grupo mayoritario que busca informar y mostrar lo pasa por el filtro editorial y la censura.

Finalmente para el entrevistado la tarea que tiene que tener el Estado frente a los medios de comunicación es evitar que haya un monopolio, donde este se ejemplifica con el caso de Aguistín Edwadrs, que posee influencia sobre un gran número de diarios de nuestro país.




A partir de la entrevista  podemos ver que el problema de la censura en los medios de comunicación de nuestro país, parte desde una misma raíz la protección de los intereses de los grupos económicos que finalmente son los que guían la política en nuestro país para el entrevistado, desde la mirada de Montero (2003) los grupos mayoritarios son los que ejercen el poder, por ende los grupos minoritarios aunque mayor en número con menor acceso a la información y buscan a través de páginas independientes las que buscan mostrar las noticias que son pasadas por el filtro y la exclusión de la línea editorial de los medios más reconocidos, como una forma de resistencia, y que esta línea editorial está guiada desde su principio por los intereses políticos y económicos de los que para Montero (2003) son los grupos mayoritarios.



A continuación la entrevista realizada a María Eugenia Concha, periodista y académica de la facultad de periodismo de la Universidad Alberto Hurtado, quien nos señala su perspectiva respecto a la censura y exclusión en los medios de comunicación, dando un particular énfasis en la ética periodística.




Análisis Entrevista María Concha Smith

La entrevistada toca 6 temas que se entrelazan uno a otro a lo largo de la entrevista. El primer tema “periodismo en dictadura” da cuenta de que en aquella época “no se podían contar las verdades. Se podían dar ciertos mensajes y se trabajaba bajo ciertos contextos. Para ello existían medios de comunicación alternativos que es cuando quieres trabajar independiente” (Concha, M., Anexo, pp. 1) es decir la censura existía con toda claridad,  además de la exclusión de la información. En este tiempo la información estaba controlada por el “gobierno” por lo tanto solo se daba a conocer lo que este permitía que se supiese.

El segundo tópico “periodismo en democracia” es el que nos guiará como hilo conductor por los otros 4 tópicos restantes. En democracia “no existe la censura o sea eh… no hay nadie que no pueda prohibir a ti publicar algo. Pero si algunos tienen que regirse por las líneas editoriales.” La censura en democracia no existe como “cualquier intento de prohibir la información, los puntos de vista o formas de expresión como el arte o el habla vulgar”, nadie puede prohibir que se dé la información, mas como lo indica nuestra entrevistada, las líneas editoriales sí determinan qué temas pueden ser tratados en determinado medio y cuáles no, es decir no hay censura, pero si exclusión de información, ya que el medio en cuestión, solo informará aquello que pertenece a su línea editorial, que en el fondo está ligada muy estrechamente a los intereses político económicos de los dueños del medio de comunicación.

Cuando la entrevistada habla sobre las líneas editoriales toca además el tema del saber dónde se está trabajando, “No es que la censura te censure así porque si no, porque hay más canales donde mostrar. Tú sabes dónde trabajas” (Concha, M., Anexo, pp. 1), es decir que el periodista es libre de trabajar donde quiera, pero en el medio en el que ha elegido trabajar debe respetar el lineamiento editorial y en ese aspecto no es libre de informar lo que considere necesario de informar. De cierta forma la línea editorial es la “censura legal”, el medio tiene una cierta línea de información y está en todo su derecho de tenerla, ya que existen otros medios que la gente puede elegir. Tal como lo plantea la entrevistada en la siguiente cita: “el tema de la censura, o sea que no te dejen trabajar tus temas, que tengas que renunciar porque no quieren que tu tema salga, que te confisquen una cinta, todo eso es lo que yo te digo que actualmente eh eh no existe, es una censura en que no te dejen trabajar, ahora sí es verdad es que uno trabaja en las redes donde trabaja porque tu sabes quién es tu empleador y si existen llamados telefónicos, presiones y cosas, pero que uno también como periodista, a lo largo de los años puedes ir poniendo tus puntos de vista. Nadie te va a obligar a hacer cosas” (Concha, M., Anexo, pp. 5)




 Este lineamiento se mantiene en los medios debido a las presiones económicas, ya que “Los grandes empresarios de este país llaman a los dueños de los canales y les dicen: yo respecto a este tema yo te corto el avisaje. Y los medios de comunicación sobreviven con la publicidad. “Hay conflictos de intereses bien grandes ahí.” (Concha, M., Anexo, pp. 2)” El medio comunicacional tiene que regirse a su línea editorial porque de lo contrario pierde el respaldo económico, es prácticamente un círculo vicioso en el cual una cosa lleva a la otra y no se puede romper porque esta lo económico de por medio.

Además de esto, la concentración de medios es un factor importante a la hora de poder elegir el medio en el cual se quiere trabajar, ya que muchas veces por motivos económicos, los periodistas trabajan en medios con los que no comparten la línea editorial, pero se mantienen debido a que en un medio acorde a su posición política o económica no tendrán tan buena remuneración. Una vez más lo económico tiene una incidencia fundamental.

Por otra parte a raíz de lo anterior se toca el tema de la ética periodística, en el sentido de que ningún periodista está obligado por el medio de comunicación a tergiversar la información para poder “vender” mejor la noticia, o recibir cualquier denuncia sin antes rectificar las fuentes y hacer una investigación seria con respecto al tema, ya que se daña la imagen pública de las personas y eso es grave. El colegio de periodistas tiene un código de ética en el cual se establece que el periodista tiene un compromiso “con la verdad y su deber de transmitirla a la ciudadanía es irrenunciable y es su obligación impedir que bajo ninguna circunstancia, ya sea por presión editorial, publicitaria, política o económica, ella sea alterada. La omisión, manipulación o el falseamiento de la información es una falta grave que atenta contra la esencia de la actividad de un periodista” Es decir, nadie puede obligar a un periodista a tergiversar información, si éste lo hace es por su propia decisión.




Otro punto que se toca a raíz de la censura, es el rol del periodista, ya que según la entrevistada se puede censurar a un periodista si éste está dando su opinión respecto a un tema: “…tú estás en eso, sobre todo en las noticias, tú no estás mucho como para opinar, ¿te fijas? a no ser de que claro, este opinando sobre el juego, los jugadores, qué sé yo… claro, tú estás ahí como para informar objetivamente, que él en la casa se forme sus propias opiniones” (Concha, M., Anexo, pp. 6) Es decir, que el periodista tampoco puede dar su punto de vista con respecto a la situación, desde esta perspectiva no puede realizar una crítica a lo que está ocurriendo, puesto que esto quita objetividad a lo que se quiere informar. Lo anterior es bastante interesante, ya que de una u otra forma, a raíz de las líneas editoriales, las noticias ya tienen una tendencia particular, es decir ya se está transgrediendo un poco ese marco de objetividad.-


Contraposición de ambas entrevistas:

Perspectiva de Juan Cristóbal Peña:

Desde la perspectiva de él,  la censura es un tema que no debe ser confundido. Juan Cristóbal apela a que existen líneas editoriales dentro de los distintos medios que filtran la información. Es decir, desde su perspectiva, es legítimo que cada medio quiera exponer cierta información desde sus ideologías: “yo creo que lo propiamente editorial  es una opción legítima de discriminar sobre que pueden llevar los medios” (Extracto entrevista a J, C., Peña 18 de octubre de 2013). En este aspecto, converge con lo expresado por María Eugenia Concha, periodista de la Universidad Alberto Hurtado, quien apela que las líneas editoriales tienen todo el derecho de poner o no la información que estimen conveniente, sin que eso se llame censura.

Ahora bien, el no niega que no exista censura, de hecho según él, las principales formas de censura de la información la realizan tres grandes actores. El sistema político. Los empresarios y la Iglesia. Lo que tendría un eje principal. Proteger a ciertos sectores de la sociedad que puedan verse afectados por información de alto interés público.  Lo que por si tiene también un interés económico fuerte. “Hay un estándar de mucho cuidado de mucha protección entorno a los grandes grupos económicos, los que, de quienes en general se escribe poco, de quienes en general incluso  se les cuidan de sus intereses económicos, vetando o censurando información  sobre sus negocios” (Extracto entrevista a J, C., Peña 18 de octubre de 2013). Continuando con la conversación, fue inevitable ver el tema de la concentración de medios, que según desde la perspectiva de Juan Cristóbal es una de los alicientes que permiten que ciertos temas no se den a la luz pública. Que no pueden saber las personas. En esta línea, nos explica que la concentración de medios de comunicación hace que sea más difícil lograr exponer algunos temas como de las minorías sexuales o los temas mapuches en medios como El Mercurio de Agustín Edwards o en TVN canal donde las editoriales las manejan sectores políticos del país.



Es así también que no podíamos dejar de hablar del tema de la exclusión en los medios de comunicación.  Según lo expresado por Juan Cristóbal, este es un fenómeno que se da en relación a la concentración de medios y líneas editoriales. Pues de algún modo los dueños de los canales u operadores de Cable o de prensa escrita y en menor forma en las radios e internet, tienen intereses por ejemplo económicos que perjudica su actividad. El caso del pueblo mapuche es una buena analogía:

El fenómeno de los mapuche es un tema bien ejemplable en ese sentido y no se destacan esas noticias, yo creo que por razones clasista, o sea clasistas-racistas, por prejuicios y por razones políticas también ¿no?; hay un ánimo basado en el prejuzgamiento de ocultar una realidad o pasarla de largo. (Extracto entrevista a J, C., Peña 18 de octubre de 2013)
Así, la posición que nos presenta Juan Cristóbal, es una perspectiva crítica sobre la influencia ideología que tienen los actores mencionados en la información que se nos presenta. Apelando a que no debiese existir el monopolio en los medios de comunicación y que toda información debe ser expuesta a la luz pública, incluso si se trata de biografías por ejemplo de Agustín Edwards o el asunto mapuche.


Perspectiva de María Eugenia Concha:

Al momento de hablar de censura, ella tiene cuidado de especificar que se entiende por ello. Para ella, la censura que se aplicaba en la dictadura no es la misma que la de ahora. En dictadura desde su perspectiva se censuraban los temas, los periodistas eran asesinados y no había libertad de expresión. Respecto al rol de los periodistas, ella tiene una posición más pasiva, entendiendo que ellos solo obedecían órdenes o si no simplemente no comían ellos ni sus familias. “Pero yo no digo que todos los que trabajaban en los medios de comunicación son todos culpables. Algunos de ellos tenían familia tenían que comer. Tenían que seguir ahí., algunos mintieron” (Extracto entrevista a María Concha, 18 de octubre de 2013). Desde esta perspectiva podemos ver una diferencia con lo expuesto por Juan Cristóbal Peña, en cuanto a que él es más crítico respecto a la censura y exclusión de temas, condenando que no se divulguen informaciones de carácter público que todos deberíamos poder saber. A diferencia de María Eugenia, quien toma una perspectiva más neutral, en donde el periodista sabe donde está trabajando y para quien, por lo que para ella someterle a las líneas editoriales no es censura sino, una decisión personal de cómo informar los hechos. Continuando con la conversación,  María Eugenia dice que no existe censura en tiempos de democracia, apelando a que:

En democracia no existe la censura o sea eh… no hay nadie que no pueda prohibir a ti publicar algo. Pero si algunos tienen que regirse por las líneas editoriales. Tú trabajas en el Mercurio y tú sabes quién es el dueño, su lineamiento político, un editor encima que está corrigiendo que no te salgas. (Extracto entrevista a M, Concha Smith, 18 de octubre de 2013)


Esta perspectiva la lleva a cabo durante toda la entrevista. Pero converge con Juan Cristóbal, en cuanto a las presiones que reciben los distintos medios de comunicación en cuanto a temas de aspectos valóricos o que afecten a algún sector político, económico o religioso. Los grandes empresarios de este país llaman a los dueños de los canales y les dicen: yo respecto a este tema yo te corto el avisaje. (Extracto entrevista a M, Concha Smith, 18 de octubre de 2013). En este sentido,  la posición que adopta María Eugenia tiene que ver con las posiciones editoriales de cada medio de comunicación.  Por lo que para ella como mencionamos no hay censura como tal, sino que, hay chantaje económico por parte del empresariado que financia a ese medio. Es así, que para ella existe un dualismo entre el ejercicio periodístico y lo económico. Porque el periodista tiene la labor de investigar a los poderosos, pero esa misma investigación la realiza en un canal por ejemplo TVN o Canal 13, que están bajo operadores políticos y económicos como René Cortázar, ex director ejecutivo de Canal 7 y 13 que ha excluido diversos contenidos en Contacto o Informe Especial.

Por todo ello, el rol del periodista según ella, debe ser el de investigar siempre la información, pero supeditándose a la lupa o ideología de las líneas editoriales, por una cosa de necesidades laborales. En este sentido nos dice: “Algunos se dedican a investigar de manera independiente porque no están dispuestos a recibir un llamado. No es que la censura te censure así porque si no, porque hay más canales donde mostrar. Tú sabes donde trabajas. No vas a hablar de la CIA en El Mercurio”. (Extracto entrevista a M, Concha Smith, 18 de octubre de 2013).

En síntesis y analizando en conjunto ambas conversaciones, constatamos que  la perspectiva de Juan Cristóbal, difiere de la de María Eugenia, en cuanto a la posición del periodista frente a esta vorágine que significa la concentración de medios de comunicación y sus respectivas ideologías o líneas editoriales. El primero apela a que un periodista debe informar lo que está pasando y debe estar contra la concentración monopólica de todos los medios; prensa escrita, televisiva, radiodifusora u otras… En cambio la segunda, tiene una perspectiva menos crítica sobre la concentración de medios, recurriendo a que el periodista si bien debe investigar, debe someterse a lo que la línea editorial le pide, sin quejarse, ya que uno sabe está parado y ubicado. Otro punto en el que difieren es respecto a la exclusión. Juan Cristóbal si declara que existe, por ejemplo del pueblo mapuche. Pero María Eugenia, apela a que no hay exclusión, sino más bien, hay una tergiversación de los temas, lo que sería diametralmente distinto.