Durante
la década de los 70 los medios de comunicación y específicamente la radio,
llevan a cabo un proceso de democratización
del orden comunicativo, lo cual generó un sistema de comunicaciones
plural y abierto a todos los sectores de opinión. Lo anterior permitió que se gestara un
espacio para la ciudadanía, en la cual ésta fuera parte del debate informativo. La radio, es por excelencia el medio donde se
transmite la cultura política y es el medio por el cual se crea de la forma más
efectiva la opinión pública, mas no es el único medio, prácticamente todo el
espacio comunicativo se vio implicado en el proceso de politización del espacio
público.
Las radios solían ser propiedad de los
partidos políticos de la época así el Partido Comunista (Radio Magallanes), el
Partido Socialista (Radio Corporación), los simpatizantes del gobierno de
Allende (Radio Portales,) el MAPU (Radio Candelaria), la Central Única de Trabajadores
(Radio Luis Emilio Recabarren) y el MIR (Radio Nacional) poseían una radio que
trataba los asuntos políticos durante sus transmisiones.
El
golpe de estado quiebra este sistema de comunicación, los medios se ven afectados
debido a que sufren confiscaciones, restricciones legales, entre otros
dispositivos que tenían por finalidad desmovilizar y despolitizar a la
ciudadanía. Estas medidas de desinformación se van tornando más drásticas a
medida que avanza la década de los 70 hasta los años 80, época en la cual los
medios se ven manipulados no solo por el gobierno, sino también por su propia
evolución y dinámica.
El
15 de marzo de 1977 se promulga el Decreto Ley N° 1.762, con el cual se crea la
Subsecretaría de Telecomunicaciones, institución encargada de
la tuición, dirección técnica de las emisoras y de establecer las pautas de
funcionamiento de la industria mediática para mantenerse dentro de los marco de
la oficialidad gubernamental. Esta ley hace aún más notoria la manipulación de
los medios por parte del gobierno, ya que no atenerse a la oficialidad no sólo
implica ser contrario al régimen de turno, sino que también implica transgredir
las leyes de la nación.
Las
radios tuvieron que adecuar los contenidos de sus transmisiones para que estos
estuvieran acorde a lo que la oficialidad permitía, las radios no podían
atreverse a decirlo lo indecible, ya que corrían el riesgo de ver cerradas sus
dependencias, los reporteros o periodistas ponían el peligro su vida o
integridad física y los sostenedores de las radios corrían el riesgo de
perderlas como propiedad. Un ejemplo notable de este proceso fue la radio
Cooperativa, la cual sufrió el cierre de diez de las estaciones regionales,
permitiendo sólo el funcionamiento de las estaciones de Santiago, Valparaíso y
Temuco. Estas medidas solo evidenciaban el temer de la autoridad hacia quienes
podían informar a la ciudadanía lo que ocurría y podía dar voz a aquello que se
acallaba.
Las
radios se convierten en el medio de comunicación por excelencia durante el
régimen militar, ya que contaba con la ventaja de poder relatar los hechos en
cuanto ocurrían y además de eso se incorporaban opiniones al respecto de lo que
ocurría. Además de esto se podía reiterar la noticia según el impacto que esta
generara y se podía crear una especie de opinión publica respecto del tema,
algo muy importante para la época en la cual, la mayoría de los medios opta por
dedicarse a la entretención para poder recuperarse de la crisis económica y
evitar la persecución o cierre por parte del oficialismo.
Radio
Cooperativa es uno de los medio que por un tiempo opta por tener la función de
entretenimiento, ya que necesitaba recuperarse de la crisis económica que arrastraba
desde los 70. Mas tras el cierre de la radio Balmaceda, Cooperativa se
replantea su objetivo central y vuelve a adquirir un perfil informativo. Esta
radiodifusora será llamada en la época, la radio de las protestas. Aunque se
pensó que este vuelvo editorial fue netamente político, los directores del
medio aseguran que lo hicieron solo en pos de los principios éticos del
periodismo: dar a conocer los hechos de manera "objetiva" y
pluralista.
La
televisión en aquella época es preponderantemente un medio para la
entretención, lo cual queda de manifiesto en los rating que obtenían programas
como “La Madrastra” y “Sabor Latino”. La televisión, más que un medio
informativo sobre lo que ocurría, era un medio de entretención para el pueblo.
Los
diarios tampoco era mucho lo que podían informar, ya que la calidad de la
noticia podía ser puesta en tela de juicio luego de que los medios de prensa
escrita no pudieran publicar fotografías de los hechos que informaban.
Las
jornadas de protesta del 83 en las cuales la agitación social se hizo sentir en
todos los sectores sociales, no tan solo en los populares acabaron por
despertar la violencia y represión por parte de la oficialidad. Nuevamente uno
de los sectores más afectados fue, nuevamente, el de los medios, los que vieron
clausuradas e intervenidas sus comunicaciones por tiempos más largos debido a
que se les acusaba de promover los desórdenes ciudadanos y de sentar las bases
para la caída del régimen. Entre 1983 y 1984 se clausuraron diversos medios
tanto escritos como radiales. Dentro de los casos más destacados se encuentran
el cierre de la revista Apsi (diciembre de 1982), el de la revista Análisis
(septiembre de 1983), que incluyó además el presidio de su director Juan
Cárdenas, y el de las radios Cooperativa (mayo de 1983 y septiembre de 1984) y
Chilena (septiembre de 1984). A esto se suma la clausura de emisoras regionales
y vecinales.
Con
la crisis económica del 83 y las constantes protestas ciudadanas, los medios
aprovecharon la oportunidad para poder hacer lo suyo, informar sobre lo que
ocurría y poner en la agenda pública los temas que urgían en el momento.
"Los
medios comenzaron a atreverse y allí nosotros, que veníamos de un periodo
delicado, entramos en la misma...En términos económicos todo el mundo entra en
la pelea. Allí el gobierno estaba en una situación muy débil. Por eso vinieron
las protestas el 83. El país empezó a constatar problemas graves en la
conducción. Un Ministro de Hacienda que le tiró una cadena a la banca privada.
Aquí se nos olvida que incluso el superintendente de bancos fue detenido, etc.,
etc. En esas aguas tú te podías atrever a todo lo que quisieras. Allí nos
envalentonamos"
(L.G.C. "Adhesión a Cooperativa", 1983)
De
esta forma los medios ampliaron su espectro informativo en la medida en que
permitieron visibilizar una memoria disidente que activaba la práctica de
"vencidos", una memoria que muchos se negaban a ver, y la cual había
sido silenciada por la oficialidad.
Mas
esta práctica se va desvaneciendo con el tiempo y en nuestros días podemos ver
que al fin y al cabo la dictadura logro por completo su objetivo de
despolitizar a la ciudadanía, ya que hoy en día
programas que impliquen información política o información objetiva
sobre lo que ocurre en la alta política y en la alta economía, no generan
interés en el grueso de la población, por lo que los medios no tocan dichos
temas. Además del tema del rating que necesitan los programas se encuentra el
miedo a perder patrocinadores o de recibir querellas por parte de los
involucrados.
Como
podemos ver durante este periodo la censura alcanza un punto extremo, ya que se
controla desde el gobierno, la censura es prácticamente legal; la exclusión y
tergiversación son la manera de hacer noticias y de informar a la ciudadanía.
Los medios de contra información están muy expuestos a que sus colaboradores
sufran represiones, por lo que también están coartados en su labor informativa.
Actores
relevantes durante la Dictadura Militar que censuraban y que fueron censurados:
Resulta importante analizar qué rol
jugaron los actores sociales durante el periodo militar. Entre ellos están los
que censuraban y controlaban los medios de comunicación y toda forma de
libertad de expresión como lo fue el Estado Chileno y sus agentes políticos. En
contraste, tenemos a los actores que en gran parte se resistían a la represión
enmendada o que jugaron un rol
importante en la difusión de la información bajo el contexto político: las
radios, periodistas que informaban de forma particular e Instituciones como la
Vicaria de la Solidaridad.
Es así, que en primer lugar que el
Estado Chileno durante la dictadura militar del 1973 jugó un rol oscurantista e
inquisidor respecto a la información que podían dar los medios de comunicación
radios o prensa escrita. La ideología que imponían a estos, hacía imposible que
cualquier información que no pasase por este velo político conservador, pudiese
realmente llegar a conocerse. Al contrario, la imposición a los medios de lo
que se podía informar, resulta una herida abierta a la labor periodística que
como bien sabemos cumple el rol de ser el puente de transmisión hacia la
sociedad. Así lo expresa Carla Rivera (2008):
"En esta construcción
de valores y creencias colectivos, los medios juegan un rol relevante. Ellos
permiten estructurar y organizar la presencia del pasado en todos los ámbitos
de la vida contemporánea. Por un parte, son los depósitos donde se archivan las
memorias, en la medida que son capaces de registrar y reproducir los
acontecimientos de una época. Por otra parte, estos registros memorables son
construcciones que se dan en la dialéctica entre recordar-olvidar, en la cual
confluyen de manera dinámica los intereses de los productores (tanto del propio
medio como de los periodistas) y del público receptor" (p.1)
Esta tarea que
constaba de registrar los principales acontecimientos que iban sucediendo en el
país, fue profundamente mermada por la dictadura militar, quienes de manera
instigadora perseguían a cualquier persona natural o medio que se atreviese a
publicar algo que se saliese de sus márgenes políticos conservadores. Tal como
lo señala Bernardo Subercaseaux (2005)
en cuanto al pensamiento que tenía el régimen militar: “La dinámica de control
y administración del espacio público (ceñida a la doctrina de seguridad
nacional y a una lógica de guerra) se tradujo en un estrechamiento del universo
ideológico cultural en la esfera pública” (p.1)
Es así que tenemos muchos de los medios de comunicación por ejemplo
Radio Cooperativa que tenían que convivir con este tipo de adoctrinamientos tal
como lo expresa Rivera ( 2008)
"El régimen daba por
hecho que, detrás de Cooperativa, se había constituido una gran maquinaria
política de oposición que ponía en riesgo al nuevo orden instaurado. Sin
embargo, la situación de represión que experimentaban los medios y la sociedad
en general impidió la constitución de redes efectivas que permitieran un acceso
directo a las fuentes de información (p.1)"
En contraste, tenemos
a los medios que eran censurados por la dictadura militar: radios y prensa
escrita, a excepción de El Mercurio, quien como se ha demostrado, fue el gestor
del Golpe de Estado. Y otro actor que jugó un rol trascedente de lo que sucedía
era la Vicaria de la Solidaridad. En primer lugar y tal como se ha expresado,
los medios de comunicación radiales y escritos, fueron fuertemente censurados y
reprimidos en la información que sucedía en el país. Así lo demuestra Mario
Spataro (2003) en su libro “Pinochet las
verdades incomodas” quien expresa:
"Oficialmente fue impuesta la censura a
todas las radios y canales de televisión, a los que se les permitía transmitir
solamente los noticieros del Gobierno. Vanas fueron las protestas de la ARCHI
(Asociación de Radiodifusores de Chile). En protesta, algunas radioemisoras,
como Agricultura y Minería, se descolgaban clandestinamente de la
cadena oficial y transmitían noticias libres, provocando la euforia de la
ciudadanía (p.153)"
Pero no solo se censuraba a los medios
de comunicación. También se excluían repertorios musicales en las que Laura
Jordán (2009) nos explica que la esfera musical durante el Gobierno de
Pinochet, fue prohibida de crear, reproducir, ejecutar, circular, difundir,
ciertas obras de música por su contenido. Pero
no hay que olvidar el rolo que jugó la Vicaria de la Solidaridad,
organismo de la Iglesia Católica creada por el Papa Pablo VI, la cual prestaba
asistencia a las víctimas de la dictadura militar que se vivía en Chile en los
años 1973-1990. Tal como lo expuso Jordán (2009) en cuanto al rol que cumplía
esta organización:
"Bajo el amparo de la
Vicaría de la Solidaridad diversas organizaciones poblacionales y culturales
encuentran un espacio de gestación de circuitos opositores. Allí, la
recaudación de fondos y la generación de un lugar común de reunión e
intercambio se elevan como objetivos primordiales. La música se inserta así en
un proceso de reactivación política complejo, en el que juega un papel
colaborativo preciado. Casi a la par, la reaparición de la peña responde no sólo a las necesidades
de participación y militancia, sino que este lugar aspira también a promover un
espacio laboral para numerosos artistas cuyas fuentes de trabajo habían sido
reducidas a causa de la persecución y el toque de queda (p.1)"
De este modo, podemos
comprender como actuaban estos actores en un contexto, las lógicas de
pensamiento que tenían los que censuraban y que tenían por objeto ocultar,
borrar, excluir y marginar todo tema o ámbito que pudiese dar una voz crítica a
los temas país. Y los que eran censurados como la prensa escrita y radios, que
tenían que difundir la información por el bien de la labor periodística que
implica relatar los hechos tal cual son. Y los que apoyaban esta misión, como
la Vicaria de la Solidaridad, quienes guardaron muchos archivos que hoy son
relevantes para la investigación de los casos de torturas, asesinatos que se
han develado.
Referencias







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