La mala prensa es la prensa CENSURADA

La mala prensa es la prensa CENSURADA

lunes, 4 de noviembre de 2013

¿La prensa el cuarto poder del Estado o instrumento del Estado?



En Londres a fines del S XVIII Edmundo Burke, adversario acérrimo de la Revolución Francesa, les dice a los periodistas que asistían a la Cámara de los comunes la  frase "La prensa es el otro poder, señores... más bien, el Cuarto Poder del Estado". Esta frase dicha con bastante ironía es la que hoy analizaremos, ya que por mucho tiempo se ha pensado que la prensa es el cuarto poder del estado, ya que tiene el poder de la información. Mas este poder de la información ¿Qué tanto puede ejercer presión o fiscalización en los tres poderes de Estado?





La idea del cuarto poder beneficia a muchos; en primer lugar beneficia a las empresas de información, ya que son asimilados como servidores públicos. Beneficia a los periodistas, porque los posiciona en su profesión como una especie de defensores de los intereses de la ciudadanía. Y además beneficia al poder político ya que sin esta idea los esfuerzos por poner la información a su propio servicio, no tendría sentido alguno. A los únicos que no beneficia esta concepción de la prensa, es al público, a la audiencia, ya que al carecer de todo poder (político, social e informativo) no puede verse beneficiado por la información circulante. 

La prensa, si bien puede ejercer grandes presiones, debido a que es la generadora de la opinión pública, hoy en día está al servicio del poder, es parte del poder. ¿Quiénes son los que rigen los cargos de la alta política? En su mayoría son empresarios y si no lo son, tienen estrechos vínculos con grandes empresarios. Los mismos que además detentan el poderío de los medios de información. Desde esta perspectiva entonces ¿Es la prensa el cuarto poder del estado, encargado de vigilar a los otros tres poderes? Y si es así ¿Quién fiscaliza a la prensa?

Recordemos que en el golpe de Estado chileno la prensa tuvo una gran influencia, son esos mismos medios los que hoy en día siguen informando a la ciudadanía, con los mismos dueños, con las mismas ideologías políticas. Si bien la prensa colaboró en el regreso a la democracia, la mayor parte de ese trabajo se debe a corresponsales extranjeros, ya que los periodistas nacionales usualmente eran perseguidos por el régimen para que no pudieran informar sobre lo que ocurría, los periodistas tenía que regirse por lo que el régimen dictaba, usualmente omitir o falsear información



Como ya hemos dejado en claro en publicaciones anteriores, hoy los periodistas no sufren ese perseguimiento, pero siguen siendo regidos por las líneas editoriales, el verdugo de la libre expresión en la época contemporánea de nuestro país y en si del mundo.

Entonces en una lógica en la que los medios de comunicación, los medios de prensa, son gobernados por grandes empresarios que a su vez tienen estrechas relación con los gobernantes de la nación, con los poderes del estado, entonces ¿es la prensa hoy en día el cuarto poder del estado? Si los medios que informan la otra cara de la moneda son llamados “medios de contra información” entonces qué legislación ejerce este “cuarto poder” en el país.

La opinión pública  es creada por estos mismos medios, medios que informan lo que PUEDEN informar más que lo que DEBEN informar. Entonces si tenemos una opinión pública que está manipulada ya, para poder manipular a los ciudadanos ¿Cuál es la solución? La solución es simple a vista gruesa, pero compleja debido al sistema en que viven la mayoría de las sociedades. Cuando un pueblo carece de identidad, cuando carece de conciencia de clase, ese pueblo entonces no tiene más solución que ser llevado como un rebaño por quienes dirigen. Mas cuando un  pueblo decide empoderarse, porque puede, porque es su deber hacerlo, la conciencia es fundamental y esa conciencia pasa por ser críticos con respecto a lo que se dice en los medios de comunicación oficiales, pasa por  ser incrédulos y buscar información en otros medios, pensar para luego existir como decia Descartes (1641). Pasa por ser lógicos y pensar  y ver más allá de lo que está a la luz, más allá del alcance común. 



“La libertad real de expresión en una sociedad que aspire a lo que quiere decir la palabra democracia (“gobierno del pueblo”) depende, sobre todo, del nivel de esta conciencia en la sociedad civil y de las medidas que, a partir de esa conciencia, se adopten para dar la palabra a las minorías infra-representadas que tienen algo que decir” (Fernández)

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